miércoles, 26 de enero de 2022

SCREAM (2022): Veinte años riéndose del cine de terror


Si algo tienen las películas de terror es que son únicas, y los que somos aficionados a ellas sabemos que hay una pasión alrededor que nos hacen sentirlas así. Y una de las películas que más han influenciado en el género es
Scream de Wes Craven.

Con el estreno de su última secuela hace unos días, veo oportuno un análisis (si así se le quiere llamar) no sólo a la propia película, si no al efecto que ha producido la saga desde su primera entrega, a la vez que un resumen de los orígenes de la misma. Ninguno de los apartados contendrá spoilers, por lo que se puede leer sin miedo.

EMPECEMOS POR EL PRINCIPIO


Todos admiramos la época de los ochenta, ya sea por el cine, la música, la televisión, o los videojuegos, que por aquel entonces estaban empezando a tener su tirón. Su cultura es aún, a día de hoy, recordada y homenajeada por muchos, nostálgicos o personas atemporales a las cuales les gusta descubrir el mundo que no llegaron a conocer.

Y como en cualquier época, tuvo sus modas, sus tendencias. Películas como Rocky III, Regreso al Futuro, Karate Kid, y Acorralado aparecían en cartelera. O Las Bicicletas son para el Verano y Yo Hice a Roque III, en ámbito español. En el terror ya había algunos buenos estrenos, sin embargo, las películas slasher se podría decir que fue lo más exitoso de entonces. Sabemos de qué estilo estamos hablando, un grupo de chicos jóvenes son acosados y asesinados por un villano grande e imponente, generalmente enmascarado, con sed de venganza por algún acontecimiento oscuro del pasado.


Todos conocemos a los más grandes; Pesadilla en Elm Street, Viernes 13, Muñeco Diabólico, y algunos ejemplos tal vez menos populares, como Maniac. Y, aunque este concepto viniera de antes, puesto que algunos de los casos que se consideran pioneros son La Matanza de Texas y Halloween (e incluso se menciona a Psicosis de 1960 como el verdadero origen), cuando comenzó a subir el éxito de estos filmes fue en la ya mencionada década de los ochenta.

Las productoras se dieron cuenta de que al público les encantaba, así que empezaron a producirlas en masa, puesto que les salían baratas. Los costes no eran muy elevados, en el fondo eran películas bastante simples, donde entraba en juego la creatividad de los guionistas, directores, departamentos de FX, sonido... a la hora de pensar cómo podían impactar al espectador con las muertes de los protagonistas y el aspecto del asesino responsable de cada una de ellas.


No obstante, sabemos que todo lo que sube, eventualmente acaba bajando. Y los años de oro del subgénero que tanto había marcado una generación estaban menguando. Ya a finales de los ochenta y principios de lo noventa, las películas de terror, especialmente slasher, habían perdido el efecto que buscaba el público, el cual ya no se las tomaban en serio. Las películas de miedo necesitaban urgentemente un cambio.

Se probaron caminos nuevos, como en el caso de Wes Craven, considerado uno de los maestros de terror, que intentó darle un giro a una de sus películas predilectas con La Nueva Pesadilla, en la que jugaba con el meta-cine, y que intentaba darle una nueva perspectiva al personaje de Freddy, pero lo único que consiguió fue hacerle perder su carisma. El intento por parte de Craven de darle un giro de tuerca al género con su última película no fue suficiente para contribuir en el futuro del terror, aún con su buena crítica.

No sería hasta 1996, tras el estreno de su última película Un Vampiro Suelto en Brooklyn, que Craven se pondría al mando del proyecto que revolucionaría las películas de terror.

SCREAM (1996)

"Sabemos lo que pensáis, así que agarraos porque vamos a hacer algo nuevo"
- Wes Craven

En un momento al que el cine de terror se le estaba apagando la llama, Kevin Williamson, un guionista novato y gran amante del género, recién empezaba su carrera y buscaba desesperadamente una oportunidad en el negocio del cine, cuando logró ver una oportunidad para revitalizar el cine de terror. No sería fácil puesto que en aquellos años nadie quería producir películas de terror, y menos tratándose de slashers. Incluso los más grandes ya mencionados, como Freddy, Jason, o el pionero Michael Myers sufrían ese riesgo de caer en el olvido. Pero el escritor entendió perfectamente lo que eran estas películas y lo que pensaba la audiencia acerca de ellas, de modo que les dio una visión totalmente nueva.

Scream (o como se la tituló en el guión original, Scary Movie) es una película de terror autoconsciente, en la que por primera vez, los protagonistas sabían lo que había que hacer y lo que no. Esto lo entendió muy bien el director Wes Craven, el cuál, aunque rechazó el proyecto en un primer momento, acabó convencido de que esta era su oportunidad para relanzar el género, a la par que su carrera cinematográfica, que estaba pasando por un momento similar pese a considerársele un maestro del terror, con películas como Pesadilla en Elm Street, Las Colinas tienen Ojos, o La Última Casa a la Izquierda bajo su sello.

Como resultado, un filme muy noventero con mil referencias a la cultura pop, capaz de tomarse en serio a sí misma cuando lo necesita, y un gran homenaje a las películas de terror de la última década a manos del hombre que ayudó a popularizarlas años atrás. Pero lo que a veces se nota como un homenaje, también es una sátira y un corte de mangas al género de donde proviene.


Scream es un grito lejano (valga la redundancia) a todo lo que vino antes de ella, dejando el mensaje claro de "soy el que viene a hacer las cosas bien, porque vosotros ya estáis muy gastados". A mi parecer, una burla muy poco sutil, pero respetuosa en cierto momento, y desde luego muy efectiva, ya que el público reaccionó exactamente como buscaba la película. Puede que esa visión cínica se deba a la aportación de Wes Craven, pues algunas veces ha intentado apartarse de las películas de terror, demostrando que quizá no era el mayor fan, pero (irónicamente) sí de los más talentosos en ponernos la piel de gallina.

Si bien esta película nació con la intención de vacilar al género de donde viene, lo que está claro es que era necesaria. Gracias a Scream, varias franquicias conocidas tomaron nota de algunas de las características que plantea, al igual que nacieron títulos nuevos bajo su influencia y popularidad, como Sé lo que Hicisteis el Último Verano, escrita también por Kevin Williamson, adaptando la novela homónima a formato slasher.

Y como cualquier película de terror con éxito, no se iba a quedar sin secuela, a tal punto de que ahora se cuentan cinco películas, cada una homenajeando/parodiando un formato distinto del cine, bien sean secuelas, trilogías, o incluso remakes. También hay una serie de tres temporadas, pero no tiene mucho que ver hoy aquí. Tal vez sea tema para hablar otro día. Lo que nos importa ahora mismo es que, si Scream ha logrado su objetivo de sacarle la lengua al cine de terror de su tiempo a la vez que creaba escuela para las películas venideras, ¿cuál es el objetivo que plantea la nueva entrega de la saga, la cual ya deja claro que no pretende ser la típica secuela, si no que más bien tratará de emular a la original?

Procedo a comentar la esperada Scream 5, o por su título oficial, Scream.

SCREAM (2022)


A la hora de hablar de este nuevo estreno, es conveniente recordar que hay un salto de once años entre Scream 4 y esta última ya mencionada. Por lo tanto, el cine ha cambiado desde entonces, cuando todavía se hablaban de remakes y de cómo estos se estaban de alguna manera apoderando de la cartelera, y ahora lo que domina en las franquicias conocidas son lo ya denominado "recuelas", que sirven como una suerte de reboot dentro de la franquicia, pero sin reiniciar del todo la historia, más bien desde un punto concreto, o por lo menos sirviéndose más de la entrega original.

Uno de los casos en los que hemos visto esto es La Noche de Halloween, que continúa la historia directamente desde la primera película de la franquicia, a pesar de llevar el mismo título. Candyman y Saw son otras sagas que han aplicado esta tendencia recientemente, en este caso con películas que, no necesariamente eliminan las anteriores, pero sí que estrechan lazos con los orígenes mínimamente, con objetivo de que el público no se les eche encima, lanzando el (más antiguo que las pesetas) discurso de "segundas partes nunca fueron buenas".

Volviendo a Scream (2022), la película hace muy buen trabajo a la hora de recuperar lo que el público recuerda de la primera película. Muy digna de la saga, sorprendentemente, al ser la primera vez que no se cuenta ni con Wes Craven a la dirección, ni Kevin Williamson al guión (de nuevo, omitiendo la serie). Creo que todos los que hayan disfrutado mínimo de la primera, van a encontrar una pieza interesante, al menos por los elementos de la original, que ya os digo que no son pocos, ni irrelevantes.

Pero si os he soltado el sermón sobre el cine de terror, el slasher, y en lo que ha beneficiado la saga Scream en forma (casi) de enciclopedia, es para poneros en situación y comparar el efecto de Scream (1996) con el de Scream (2022), y es que no es para menos, pues esta última hace un esfuerzo por cumplir el objetivo de su predecesora (exceptuando las secuelas, evidentemente). No sólo se ríe de sí misma, si no que también se ríe del panorama actual del género (al igual que la original en los años noventa), en el que abundan películas con profunda carga emocional, o como aquí lo llaman "terror elevado".


El único problema es que, en este caso, acaba cayendo en lo mismo que está criticando. La Scream original se podía permitir parodiar las películas de terror de los ochenta, porque no era una película de los ochenta, mientras que aquí te dicen que las comunidades de fans son muchas veces exageradas al punto de repudiar todo lo que no calque a lo original, pero no está dispuesta a dejar su zona de confort, cogiendo todo lo que puede de la Scream del 96', con, lo que yo presiento que es miedo por evolucionar como lo hicieron las demás secuelas. Por lo que, a veces, se contradice.

Aún así no deja de ser una película con la misma actitud burlona de la original, y un mensaje original con el cuál, personalmente, estoy bastante de acuerdo. Creo que gran parte de los fans (de cualquier género, ámbito, o era) actúa de forma nociva hasta el punto de influenciar en el destino de las franquicias que presumen de adorar.


4 comentarios:

  1. Genial retrospectiva del cine de terror. La verdad es que Scream es un referente de su época, aunque a mí siempre me ha parecido rana (opinión personal), pero es verdad que denota un aire fresco al declive de principios de los 90´ dentro del genero y la repetición arrastrada por los años 80´.
    Me parece genial que emprendas este gran viaje y espero ver más rubrica con tus gustos por estos lares.
    Un saludo enorme, Crack!!!

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    1. Gracias, tronco. Te entiendo perfectamente, no porque te guste el cine de terror te tiene que gustar Scream, precisamente Scream hace una burla, como ya digo.

      Pero vaya, gracias por pasarte y dejar tu opinión. Esperemos este sea el principio de una bonita amistad...

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  2. Tremendo inicio que te has marcado, mi más sincera enhorabuena. Yo de cine entiendo entre poco y nada, se podría decir que soy un palomitero más, pero el género de terror es el que más suelo consumir.

    Del Scream original guardo un muy vago recuerdo (supongo que me tocará revisionarla en algún momento), pero lo que sí sé es que tengo ganas de ver la nueva pese a las críticas que le han caído y que, como mencionas, creo que vienen por parte de un sector algo más inmovilista.

    En definitiva, reitero lo dicho, tremenda entrada hamijo Muños (sí, con S de hinfansia)

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    1. Gracias, Suso. Sólo diré que si te moló la primera, te la recomiendo. Y gracias otra vez, aquí estaremos para ofrecer más hinfanShia jajaja

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